Lo que me llama la atención de Francisco Butinyá es que siendo de una familia acomodada y muy inteligente se haya sentido profundamente convencido de la espiritualidad sencilla de Nazaret.
El legado que nos dejó a nosotras, que pertenecemos al mundo del trabajo, vivamos el servicio, la sencillez, la acogida y en este tiempo de adviento y Navidad ser realmente el mejor regalo para los demás, viviendo lo él vivió.
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